Romero entiende el holandés, aunque la que mejor se desenvuelve es Eliana, su mujer: "Es un idioma difícil, seco, porque se usa mucho la garganta para hablar. Es muy trabado, ¡pero se vive con una tranquilidad, con una paz! Soy una persona feliz. Yo me casé en octubre de 2008 y fue justo ahí que tuve la racha de 900 minutos sin recibir goles en el AZ Alkmaar", cuenta.
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