por Clarin.com No durmió, por el estrés del debut, por la infinidad de cosas que pasaron por su cabeza, porque entre la madrugada y el mediodía despidió junto a sus colaboradores a cada uno de los jugadores que participaron del partido contra Irlanda. Cerca del mediodía, de traje e impecable camisa blanca, Sergio Batista emprendió el viaje de regreso con escala de cuatro días en España. Allí hará contactos y seguirá armando la Selección que él sueña. Un tema le quedó pendiente. Mantener una charla con Carlos Tévez, quien alteró la paz del grupo cuando llegó la noche antes del partido e hizo duras declaraciones en defensa de Maradona y criticando a Grondona. Artículo completo »